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jueves, 13 de diciembre de 2012
origen de la homosexualidad,
El origen de la homosexualidad, ¿o no?
S. Gutiérrez
Última revisión martes 11 de diciembre de 2012
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La epigenética podría explicar la homosexualidad. Fotolia
La preferencia sexual ha sido, es y será uno de los temas más debatidos desde el punto de vista científico. Por qué se es o no heterosexual, o, dicho de otra forma, por qué algunas personas se sienten atraídas hacia su propio sexo. Desde un punto de vista evolutivo, la homosexualidad es un rasgo inesperado dentro de la selección natural darwiniana. Sin embargo, es bastante común en varones y mujeres en la mayoría de las culturas. Algunos estudios anteriores han sugerido que la homosexualidad es hereditaria, de padres a hijos, algo que ha hecho que la mayoría de los investigadores presuman que existe una contribución genética a la preferencia sexual. No obstante en ninguno de los miles de estudios realizados hasta ahora se ha identificado el «gen de la homosexualidad», o al menos uno que desempeña un papel importante.
Por ello, algunos científicos le han dado una vuelta a la investigación. Si no hay «gen gay», ¿qué función puede tener la expresión génica o epigenética? Es decir, si no es el libro -los genes-, ¿podría ser la forma en la que se lee el libro? Y, según un estudio publicado en The Quarterly Review of Biology, parece que la epigenética podría ser un factor crítico y que puede ofrecer información sobre por qué se produce la homosexualidad.
Marcas epigenéticas
Los investigadores del National Institute for Mathematical and Biological Synthesis, de la Universidad de Tennessee (EE.UU.), sugieren que las «epimarcas» específicas de la sexualidad, la forma en la que se regulan y se expresan los genes, que normalmente no se transiten entre generaciones y por lo tanto son «borradas», podrían ser el origen de la homosexualidad cuando «escapan» y sí se transfieren de padres a hijas o de madres a hijos.
El estudio integra la teoría de la evolución con los avances más recientes en la regulación molecular de la expresión génica dependiente de andrógenos y el desarrollo sexual para producir un modelo biológico y matemático que define el papel de la epigenética en la homosexualidad.
Instrucciones
Las «epimarcas», explican los investigadores, contiene información adicional que se encuentra adjunta a nuestros genes; se encargan de regular su expresión. Así, mientras que los genes contienen las instrucciones, las «epimarcas» definen cómo se realizan dichas instrucciones; es decir,¿cuándo, dónde y cuánto un gen se expresa durante el desarrollo? Habitualmente las «epimarcas» se renuevan en cada generación, pero algunas evidencias recientes ha demostrado que a veces se transmiten entre las generaciones y contribuyen así a la similitud los familiares, logrando un efecto parecido al efecto de los genes compartidos.
Durante el desarrollo fetal inicial, las «epimarcas» específicas de la sexualidad se encargan de proteger a cada sexo de la variaciones naturales de la testosterona que se producen durante el desarrollo posterior del feto. Es decir, evitan que los fetos de sexo femenino se masculinicen cuando son sometidos a niveles de testosterona anormalmente elevados, y viceversa para los fetos varones. Y, explican los autores, existen diferentes «epimarcas» diseñadas para proteger distintos rasgos sexuales de ser masculinizados o feminizados - genitales, identidad sexual, preferencia de pareja sexual, etc.-. Sin embargo, cuando dichas «epimarcas» se transmiten de generación en generación, de padres a hijas o madres a hijos, pueden causar el efecto contrario, es decir, la feminización de algunos rasgos en los hijos, como la preferencia sexual, o la masculinización parcial de las hijas.
Hipótesis
El estudio parece resolver el enigma evolutivo de la homosexualidad, al demostrar que las «epimarcas sexualmente antagonistas», pueden ser la causa de la homosexualidad. ¿O no?, reconoce Sergey Gavrilets, de la Universidad de Tennessee-Knoxville. «Nuestro estudio ha generado mucho entusiasmo al ofrecer una nueva visión a un tema muy viejo», Ahora bien, señala, «podemos estar equivocados, pero así es como funciona la ciencia. Formulamos una hipótesis y se debe probar si está bien o mal».
Incluso si su teoría se demuestra cierta, Gavrilets cree que la epigenética puede ser sólo una parte de la ecuación cuando se trata de la preferencia sexual de una persona. Los factores ambientales y culturales todavía puede contribuir a la vida de una persona.
nota
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La ‘última’ explicación de la homosexualidad
Ante la falta de respuesta de la genética para justificar al atracción por el mismo sexo, llega la epigenética
EMILIO DE BENITO Madrid 11 DIC 2012 - 14:01 CET39
Archivado en: Neurología Sociología Homosexualidad Sexualidad Especialidades médicas Genética Investigación científica Medicina Biología Salud Ciencias naturales Sociedad Ciencia
La genética sola no explica la homosexualidad. / AGE FOTOSTOCK
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La causa de que existan hombres gais o mujeres lesbianas sigue intrigando a los científicos. Y nadie encuentra una explicación. Ahora la epigenética es la candidata, según un trabajo que publican investigadores del National Institute for Mathematical and Biological Synthesis (NIMBioS) y la Universidad de California en Santa Bárbara en The Quarterly Review of Biology, que publica la Universidad de Chicago.
El hecho de que ese tipo de orientaciones se den en prácticamente todas las culturas y que haya persistido a lo largo del tiempo y pese a todas las persecuciones y trabas ha llevado a pensar que hay una causa básica biológica. Diversas aproximaciones la han buscado en el tamaño y forma del cerebro o de algunas de sus partes, pero este órgano, pese a su complejidad, es adaptable y sufre cambios en función de los estímulos, por lo que siempre quedaba la duda de si las diferencias eran por causas biológicas o ambientales.
La revolución genética de la última década, y el hecho de que se encontraran bastantes casos de homosexuales (gais o lesbianas) en una misma familia llevó a pensar que había causa genética. Pero los estudios hechos con gemelos, que comparten ADN y, además, normalmente, la misma educación no han sido concluyentes. Según esta explicación si un hermano era gay, su hermano idéntico genéticamente debería serlo, pero no ha sido así.
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Una tercera teoría hablaba de la exposición a ciertas hormonas durante el embarazo. La teoría dice que los fetos (en concreto, los cerebros) masculinos (con cromosomas sexuales XY) expuestos a menos testosterona de lo normal resultaban en niños gais, y que los femeninos (XX) expuestos a más testosterona, resultaban en lesbianas.
La última explicación sugerida, la de la epigenética, recoge, de alguna manera, parte de estas dos últimas. Utiliza la idea de la exposición del cerebro a la testosterona, pero la matiza por la variabilidad en la epigenética de los distintos embriones, y se acerca a dar una explicación a la existencia de varias personas homosexuales en la misma familia.
La epigenética es el conjunto de interruptores que hacen que unos genes se expresen o no. Imaginemos que cada célula es una unidad de una fábrica de coches. En ella, en cada momento hará falta algo, desde un utilitario (una proteína) a un deportivo (insulina). Todas las instrucciones de todo lo que se fabrica en la instalación están en un mismo ordenador (el núcleo celular). Si no hubiera ningún control, la fábrica se saturaría, llena de utilitarios y deportivos por igual. La epigenética, de alguna manera, es el conjunto de instrucciones que hace que en una célula se fabriquen proteínas, y, solo en las del páncreas, insulina.
Las 'epimarcas' son el mecanismo más plausible para explicarlo, dicen los autores
Durante la reproducción, el padre y la madre transmiten al hijo todas las instrucciones (fabricar un ojo, un pie, el cerebro, pene, vagina). Es la correcta activación de cada una de ellas en su momento adecuado la que determina que de un óvulo fecundado se genere un ser humano (fabrica sangre, aquí un dedo, el corazón, una uña). Pues lo que los investigadores han determinado es que un grupo de esas instrucciones, que son las que regulan la respuesta a la testosterona, se pueden heredar. Así, un feto masculino que hereda la instrucción de ser muy sensible a un descenso de testosterona acabará siendo un niño gay si se produce una disminución de la hormona; y, al contrario, si un feto femenino hereda la instrucción de ser muy sensible al exceso de testosterona y eso sucede, de mayor será lesbiana. Esta respuesta heredada, lo que los investigadores llaman epimarcas, “son el mecanismo evolutivo más plausible para la homosexualidad humana”, concluye Sergey Gavrilets, del NIMBioS.
Los autores no descartan que otros factores influyan, y, prudentemente, dicen que sus epimarcas “subyacen” en la homosexualidad. Con ello dejan abierta la puerta a las cuestiones ambientales (que también alteran la epigenética) o emocionales que explican la variabilidad de las relaciones y el comportamiento humano (más el caso, que ni mencionan, de los bisexuales).
FUENTE
el mundo es
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