SI TUS NIVELES DE LEPTINA AUMENTAN, ENTONCES BAJARÁ TU TESTOSTERONA

Paul Odreman Wbff Pro (Fitness Model) SI TUS NIVELES DE LEPTINA AUMENTAN, ENTONCES BAJARÁ TU TESTOSTERONA Cada físicoculturista o deportista entiende bien que la grasa corporal puede ser muy perjudicial. En este deporte la grasa le quita méritos al físico. Un atleta no puede tener grasa corporal pues ésta le resta velocidad y rapidez, y así disminuye su rendimiento atlético. Aunque el tejido adiposo puede ser poco atractivo físicamente para los físicoculturistas e influenciar de forma negativa las proezas atléticas, los lipocitos (células grasas) también desempeñan una función adicional que puede impactar negativamente al disminuir de forma drástica la producción de testosterona. El tejido adiposo, además de almacenar energía como triglicéridos, puede considerarse como un órgano endocrino atípico, dada su capacidad de secretar diversas hormonas en el torrente sanguíneo, conocidas como adipocinas. La adipocina más conocida, la leptina, es secretada por los lipocitos después de acumular triglicéridos. Mientras más grasa tengas mayor será la cantidad de leptina circulando en tu sangre. La leptina es una señal al cerebro que disminuye el apetito y el consumo de alimentos mientras que estimula simultáneamente la tasa de oxidación de ácidos grasos, convirtiendo la grasa almacenada en energía. Desafortunadamente la habilidad de la leptina de disminuir el consumo de alimentos mientras se quema la grasa puede contrarrestarse por el consumo de alimentos muy calóricos, aumentando así la grasa corporal. Como la leptina se produce a concentraciones paralelas a la cantidad de las reservas de grasa, las personas que tienen mayor grasa corporal típicamente tienen mayores niveles de leptina circulante. Evidencias clínicas muestran que mientras más grasa corporal, junto a sus correspondientes altos niveles de leptina, hay menores niveles de testosterona en los hombres. Estas observaciones indican una conexión potencial entre las adipocinas, como la leptina, y la baja producción de testosterona. En conclusión, tener grasa corporal extra no solo implica los kilos extras que cargas encima. El tejido adiposo tiene un impacto notable en la producción de testosterona y el crecimiento muscular al generar una retroalimentación aparentemente sin fin que no sólo disminuye el crecimiento muscular, sino que favorece la acumulación de más tejido adiposo. Irónicamente la mejor manera de reprimir el efecto anti-testosterona es aumentar los niveles de esa hormona. Obviamente mantenerse delgado ayuda a combatir la vil adherencia de grasa en los músculos. Me gusta · · C