EN EL ATENEO DE BUENOS AIRES LAURA LEGAZCUE BAILA EL 31 ORQUESTA ELECTRO TANGHETTO ENTRADAS EN VENTA.TAMBIEN POR PLATEANET. boton HORA DE URUGUAY CON FINES DOCENTES-me acojo al art. 32 de la Ley de Propiedad Intelectual española que dice asi:Artículo 32. Cita e ilustración de la enseñanza. 1. "Es lícita la inclusión en una obra propia de fragmentos de otras ajenas de naturaleza escrita, sonora o audiovisual, así como la de obras aisladas de carácter plástico o fotográfico figurativo, siempre que se trate de obras ya divulgadas y su inclusión se realice a título de cita o para su análisis, comentario o juicio crítico. Tal utilización sólo podrá realizarse con fines docentes o de investigación, en la medida justificada por el fin de esa incorporación e indicando la fuente y el nombre del autor de la obra utilizada.

martes, 28 de mayo de 2013

El Mal

El Mal – por Esperanza Aguirre BY ADMIN ⋅ MAY 28, 2013 ⋅ EMAIL THIS POST ⋅ PRINT THIS POST ⋅ POST A COMMENT en Hacer uy Sin entrar en profundas cuestiones de interpretación bíblica, parece admisible que esta epístola fuera escrita desde la cárcel, y por eso san Pablo se muestra preocupado por cómo va a enfrentarse a sus carceleros y va a dar testimonio de su fe frente a los representantes del mal. Así se entienden mejor las impresionantes frases que san Pablo dirige a los efesios: «Poneos las armas que Dios da para resistir a las estratagemas del diablo; porque la lucha no es contra hombres de carne y hueso, sino (…) contra las fuerzas espirituales del mal», «the spiritual forces of evil», en inglés. La palabra «evil» no es de traducción evidente. Podríamos traducirla por «el mal», pero siempre que ese «mal» lo consideremos como el mal absoluto, como el mal diabólico, como el mal que niega todo bien, igual que el demonio es la antítesis de la bondad absoluta de Dios. Esas frases de san Pablo me han recordado dos textos clásicos del acervo cultural británico. Uno, del irlandés del siglo XVIII Edmund Burke: «The only thing necessary for the triumph of evil is for good men to do nothing». Que podríamos traducir por «lo único necesario para el triunfo del mal es que los buenos no hagan nada». Y el otro son unos versos del también irlandés W. B. Yeats, de su poema de 1921 «The Second Coming» («El segundo advenimiento»): «The best lack all conviction, while the worst/ Are full of passionate intensity». Que podrían ser, en español, «los mejores están carentes de toda convicción, mientras que los peores/ están llenos de apasionada intensidad». Y con el recuerdo de estos fragmentos bien presente me parece interesante e importante intentar determinar qué puede ser, para un político, el mal, ese «evil» del que hablan san Pablo y Burke, y al que se refiere Yeats cuando habla de «los peores», «the worst». Es evidente que para determinar ese «mal» un político debe olvidarse de cualquier perspectiva estrictamente moral porque la moral es asunto que concierne al interior de cada individuo. Entonces, ¿cuál es el «mal» político por antonomasia? Después de la terrible historia del siglo XX, que políticamente podríamos definir como el siglo de los totalitarismos, creo que, sin temor a equivocarnos, podemos decir que son éstos, los totalitarismos, ese «mal» contra el que hay que luchar. El nazismo y el comunismo, nacidos en Europa como aberraciones que crecieron entre ciudadanos ilustrados y en países muy cultos, son los mejores ejemplos de ese «mal». Pero el germen de los totalitarismos políticos, que no es otro que la sumisión de las voluntades individuales a un proyecto estatal ideado por unos pocos, no ha desaparecido con la derrota del nazismo y del comunismo. Y así, podemos encontrarlo más o menos disfrazado en los nacionalismos excluyentes, en el fundamentalismo islámico, en los populismos que ahora surgen en Hispanoamérica y, sobre todo, en el terrorismo que ataca a las sociedades libres. Fuente: Esperanza Aguirre (España) DISCUSSION